Lo digital
22 de junio de 2011
Conclusiones
Documentación
Participación
Ibercrea invita a la creación española (personas e instituciones) a participar en este debate sobre la nueva Ley de Propiedad Intelectual escribiendo a
Sus aportaciones, que irán apareciendo en esta página, serán de gran utilidad en la elaboración de la síntesis que el Instituto presentará durante "La creación del mundo", las jornadas de de discusión sobre el lugar contemporáneo del Autor.
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Presidente
Arcadi Espada, director del Instituto Ibercrea.
Ponentes
Manuel Aguilar, consejero de AIE.
Ventura Barba, socio director de Tenzing Media.
Esteban Calle, Key Account Director Spain Real Networks.
Eduardo García Guerra, director general de Wolters Kluwer.
Rubén Gutiérrez, coordinador del área de Estudios del departamento de Estudios, Formación y Publicaciones de la Fundación Autor.
Ignasi Labastida, responsable en España de Creative Commons.
Ferran Mascarell, consejero de Cultura de la Generalidad de Cataluña.
Ramón Muntaner, delegado en Cataluña de SGAE.
Salvador Niebla, director de Virtual Drummer School.
Jorge Otero, cantante de Stormy Mondays.
Patricia Riera, jefa de la delegación en Cataluña de CEDRO.
Lorenzo Silva, escritor.
Juan Carlos Tous, director general de Filmin.
Relator
Agapito Pageo, director de Nearco, consultor del Instituto Ibercrea.
Crónica
Es un primer paso y un paso valiente. Quizá otros la sigan. Por ejemplo entre las operadoras, las grandes beneficiadas de un internet de barra libre. El nuevo CEO de Vodafone, Vittorio Colao, publicó el pasado 6 de junio en varios medios un artículo en el que defiende la necesidad de una regulación en el mundo online, incluyendo medidas que garanticen el respeto a los derechos de autor: «Los propietarios de contenidos tienen que saber que sus derechos de autor serán respetados y los Gobiernos deben ser capaces de garantizar la seguridad de sus ciudadanos y luchar contra la ciberdelincuencia. Para todo ello es necesario que contemos con una serie de reglas, no para frenar el crecimiento de internet, sino para asegurarnos que prospera sobre la base del respeto a la propiedad, la privacidad y los derechos humanos y sociales», afirmaba”.
El coordinador del área de Estudios del departamento de Estudios, Formación y Publicaciones de la Fundación Autor señaló que internet convierte los bienes generadores de propiedad intelectual en bienes no rivales y no excluyentes, lo que los asimila prácticamente con bienes públicos (financiados con recursos públicos).Señaló Gutiérrez que aunque el coste marginal en internet es cero la propiedad intelectual sigue generando valor: no solo un valor social, también un valor económico real: “Como bien saben las grandes compañías telefónicas que en los últimos diez años han utilizado a las obras intelectuales como reclamo para atraer a la contratación de sus servicios”, apuntó.
“Los sectores culturales han aparecido en los últimos años como enemigos del progreso y el avance social. Es paradójico, cuando enfrente están los grandes mercados repartiendo beneficios de forma poco equitativa”.
“Es necesario incluir a intérpretes y ejecutantes y no sólo autores al hablar de creadores”, señaló el consejero de AIE como arranque de su primera intervención.Hay que estar preparados, añadió: “Especialmente ante el cambio futuro de hábitos de consumo. Los contenidos actualmente están secuestrados por el ordenador. En el futuro acabarán en el salón. La industria de contenidos debe prepararse para ese momento”.
Y apuntó: “Telefónica ha hecho la fortuna del siglo gracias a móviles y banda ancha, pero gracias a que existía MP3 y DIVX. Hay intereses de grandes corporaciones, y de ahí el ataque incesante de los medios a los derechohabientes”.
Para Aguilar, el futuro pasa por una legislación clara con medidas punitivas cuando proceda contra la infracción y un marco adecuado que delimite qué es lo común, qué es lo libre, etc. y que el autor decida qué creación es libre, qué creación no lo es, qué creacion licencia con una licencia convencional o qué otra con Creative Commons.
No quiso Aguilar dejar de recordar que, cuando se habla de remuneración, algunas voces argumentan que los artistas deberían vivir de ofrecer conciertos. “¿Pero qué pasa con los guionistas o los productores o los autores de canciones que no interpretan?”, se preguntó.
El responsable del proyecto Creative Commons en España recordó que estas licencias se basan en los derechos de autor. “La ley debe ser fruto de un debate amplio: esa ley se está preparando para creadores profesionales, pero debería tener en cuenta al resto, a todos”, señaló.”Los autores deben poder decidir cómo quieren divulgar su obra y permitir que se use. Con la ley actual hay que hacer filigranas para que un autor pueda difundir su obra con Creative Commons, porque hay obligaciones impuestas por alguna entidad de gestion de la que son socios que no se lo permiten”.
Respecto a las excepciones o los límites Labastida criticó que los usos estén tan restringidos en el ámbito educativo. El profesor de la Universidad de Barcelona aboga por una reflexión acerca del uso de obras en ámbitos como la docencia o la investigación. Criticó concretamente que en el uso de ilustración para la enseñanza sólo se puedan utilizar pequeños fragmentos y que las bibliotecas puedan hacer copia para investigación pero no para docencia.
Concluyó Labastida su primera intervención solicitando respeto a los periódicos que utilizan obras que están en la red sin siquiera citar al autor. “No respetar los derechos de autor no es patrimonio exclusivo de los internautas críticos con la propiedad intelectual, sino que hay una confusión más amplia. Pero el Creative Commons no es una barra libre”, concluyó.
“Desde hace más de diez años se vienen diciendo las mismas cosas sobre estas cuestiones sin que haya avances. Y hay tópicos, prejuicios y leyendas urbanas, que son unos de los grandes problemas en este ámbito. Lo digital es una gran oportunidad. El problema es la educación y la ética de los que lo utilizan. Esto no puede ser una guerra entre creadores y ciudadanos”. Esta fue la primera reflexión del director de la delegación de SGAE en Cataluña.”Hay que superar -continuó- falsos debates, como el que contrapone el derecho de autor y la libertad de expresión; como el que habla de flexibilizar formatos frente a la intransigencia de las entidades de gestión; como el que buscar igualar lo libre con lo gratuito (en el marco digital); como el que plantea los derechos de autor como obstáculo para el avance de la sociedad. Son debates que han de ser superados, como ha pasado a la historia el debate del top manta”.
En definitiva, debe haber protección intelectual en internet y esa protección debe ser internacional
“Lo digital no es el fondo del problema. Añade complejidad, pero no es el problema. Lo que sucede no es nuevo. Ya en los años 1992, 93, 94 ó 95 existía una incomprensión hacia lo creativo desde la política, contra los derechos de autor. Y contra sus leyes. La sociedad no entendía y las entidades de gestión no eran geniales realizando su labor. Y los ayuntamientos trataban de saltarse la ley”.”El problema respecto a la creación es su reconocimiento. Ahora hay más creadores y eso es positivo. Hay una ampliación y hay más creadores, no sólo el creador genial, el ilustrado. Mucha gente quiere incorporar lo creativo en su vida. Hay una confusión conceptual entre creatividad y expresividad. Hay una mayor necesidad de expresividad, que se canaliza en las redes”.
“Pero hay que distinguir creatividad como trabajo profesional generador de derechos, o como mecanismo generalizado de expresividad, masificado, común”.
“En España las leyes siempre llegan tarde y no se cumplen. Si un parlamento no sabe cómo manejar un asunto, hace una ley. No hace políticas, hace leyes. Como por ejemplo la Ley de Patrimonio de Cataluña del año 2001, de la que no se ha aplicado ni un solo artículo. Hagamos menos leyes, a las que ir incorporando enmiendas, pero que se cumplan”.
“Esto es un problema en un mundo que ha cambiado. El resultado es un posmodernismo cultural y político, sin normas, reglas ni valores que valga la pena defender. En el año 2006, como consejero de Maragall, mantuve reuniones en el ministerio sobre piratería. Fue un perfecto ejemplo de que la política es blablabla. Hablábamos pero todo el mundo estaba convencido que los CD seguirían en las calles”.”Ahora habría que hacer desde el mundo de la creatividad un esfuerzo para que la política entienda de qué estamos hablando. Defiendo que los creadores tengan estatus de creadores y que puedan vivir de su creación. ¿Cómo se hace esto si no es a través de la propiedad intelectual? No hay nada más eficaz. ¿Que el dinero público sirva para, también de forma subjetiva, pagar a los creadores? No es solución”.
“Hay que refundar la convicción sobre la creatividad, ampliar sus registros, diferenciar lo que sea diferenciable, y convencer al mundo de la política de que está para aplicar normas que se cumplan. Las CCAA deben aplicar las leyes del Estado. Europa debe abordar este asunto de forma cooperativa, porque las fronteras ya no sirven”.
El socio director de Tenzing Media destacó que es necesario hacer autocrítica: “Quizá el mundo de la cultura sea algo endogámico, quizá tenga una cierta incapacidad para pactar con otros sectores, quizá cometa errores de comunicación, quizá no sea práctico que haya ocho entidades a las que dirigirse sin que queden claras distinciones entre unas y otras, y quizá haya una cierta incapacidad para escuchar al consumidor, que pide recibir las cosas de forma distinta, algo que las marcas de otros sectores entienden rápido y el sector de la cultura no”.”Antes la industria marcaba el ritmo (decidía cuándo se acababa el vinilo, el CD, el VHS) y ahora ya no es así. Y la distinción entre online o no online es ya falsa. La gente ve TV, le da igual por dónde venga la señal”.
“Es necesario aprender del mundo de las patentes y las marcas: nadie duda que tiene que pagar si quiere usar una foto de Messi en camisetas y en cambio si alguien quiere utilizar una música en el hilo musical de sus tiendas es un proceso complicado y largo”.
“Hay gente que consume música ilegal simplemente porque le es más cómodo. Era más cómodo eMule que iTunes. La industria ya ha avanzado en este campo”.
El directivo de Real Networks arrancó mostrándose muy en contra de quienes dicen que “los disqueros” “ya han robado bastante”: “Muchos como yo siempre hemos hecho negocio para alimentar a nuestros hijos con trabajo legal, sin amenazar a nadie y generando riqueza para el país detectando nuevos talentos y promoviendo la creatividad de gente que quería trabajar”.”Hay que pasar de enfocar el problema desde el área de la cultura a hacerlo desde el de la economía, porque somos trabajadores y con nuestras creaciones se crean puestos de trabajo. Dejar palabrerías y hablar de modelos de negocio. Si somos capaces de generar negocio la gente acabará entendiendo que si no se conserva la creatividad de los demás, si no le damos un valor, será imposible que mañana puedas dedicarte a algo parecido”.
“Esa ausencia de un modelo de negocio para vender música ha hecho que las propias empresas de telefonía apuesten por vender otros servicios tecnológicos (cloud computing, etc) en lugar de contenidos. Las telecos, una industria con un lobby fuerte, manejan bien a los que hacen las leyes para que les beneficien, con muchos trabajadores, empresas financieras, muy potentes. En cambio, el sector cultura ha sido muy poco eficiente gestionando el lobby, malos sabiéndonos vender, casi unos recién llegados a este mundo lobby. Y así nos va”.
“Ha habido un cambio de discurso en mundos como el periodístico, que hasta hace poco han ignorado el riesgo que existía para ellos. Defendían un idílico internet libre hasta que se han dado cuenta que se les iba a ir el dinero. Un ejemplo claro es el diario El Mundo”.
El director de la Virtual Drummer School quiso subrayar que la evolución hasta ahora siempre había sido para mejorar la calidad de los registros musicales, para mayor calidad. Ahora en cambio lo que importa es la cantidad: “La calidad MP3 es inferior, pero la gente prefiere el gratis”.”Internet es como un supermercado donde pagas por entrar y todo lo que hay dentro es gratuito. ¿Y quién cobra por entrar? Telefónica y las telecos. Pero sin embargo estas compañías han convencido a todos de que lo interesante es que tengamos nuestras cosas en el supermercado gratis. Y algunos intentan cobrar y se mueren de hambre. La ley tiene que ir al que controla la puerta del supermercado, porque es imposible competir con la opción de no pagar, aunque la calidad sea inferior”.
Otra idea que interesa a estas compañías multinacionales es la de “democratizar el arte: lo importante es que todo el mundo sea artista”. Claro que todo el mundo tiene derecho a pintar, hacer música, escribir un libro… pero la realidad es que hay gente que destaca, gente que según un amplio consenso es la que marca las pautas y hace evolucionar: gente a la que apoyar y defender, sin dejar de apoyar a los otros”.
“En definitiva, hay una gran industria que nos ha comido el coco a todos y estamos aquí con debates, mientras que en España si tienes un problema con la ley te vas a una república bananera y pones allí tu servidor y sigues. El problema es global. Va a ser muy difícil defender nuestros derechos sólo desde España”.
El director general de Filmin habló de su empresa como un ejemplo de nuevo modelo de negocio, que intenta convivir con la situación actual intentando dar un valor añadido a los usuarios: “Hay que ofrecer algo más que lo que es gratis, en cualquier aspecto”.”¿Qué quiere el espectador? Esa es la clave, no sólo qué quiere la industria. Porque ¿a qué está acostumbrado tras 10 años de disponibilidad total del todo gratis? Quiere inmediatez: Si se ha estrenado algo lo quiero ya. No me digas que ahora debo verlo en el cine, luego en DVD y luego en una TV. ‘Si no está en legal una película estrenada mañana, la busco, la encuentro y la veo ya’. Pero la industria dice que hay un señor de un cine que tiene que hacer su negocio, hay un distribuidor de DVD, hay una TV… Además, hay un grave problema: nuestras leyes tienen plazos (durante unos años unos son dueños de derechos, al cabo de X son otros, etc.). ¿Cómo conseguimos armonizar todo esto?”
“Ante esto tenemos que ceder todos: la propia industria tiene que dar un paso hacia adelante y entender que los modelos de siempre ya no son válidos. Los distribuidores no pueden pretender que una película esté cuatro meses en los cines sin opción doméstica. Es un anacronismo, sobre todo cuando la realidad es que las películas no están cuatro meses. Y el del cine lucha por una subvención que obliga a dejar la película cuatro meses…”
“Se habla de gratuidad de la cultura. Pero, ¿qué hay de la gratuidad del acceso? Se habla de gratuidad a internet: ¡Es acceso a mis contenidos! no se puede pagar un euro por una película y sí 25 por tarifa plana. La creación se ha utilizado para vender el acceso. Pero estamos cerca de la solución: cuando las telecos lleguen al 100% de ventas de acceso empezarán a querer vender contenido.”
“Una reflexión: todos tenemos que empujar hacia que haya nuevos modelos. Yo intento sacar un modelo nuevo con inversión privada para convertir lo que es habitualmente ilegal en legal, con películas en idiomas originales… ¡y las primeras que vienen a cobrar son las entidades de gestión! Yo entiendo y yo les pago, pero no puede ser que me digan “de cada euro quiero X porcentaje” cuando no me genera beneficio sino, por ahora, menos pérdidas mes a mes. No sólo quieren dinero por el contenido, sino también por el continente. ¡Si generas publicidad en tu web quieren parte de ese pastel!”
“Hay subterfugios en este debate que no permiten pasar a un debate real y a espacios de encuentro. Los subterfugios desde ‘el bando de la cultura libre’ son, a saber:-Primer subterfugio: “lo gratis”. No hay gratuidad en el acceso a la cultura digital, ya que todo acceso pasa por las operadoras de telecomunicaciones, que de facto se están apropiando de una parte muy importante del valor general que corresponde a los autores. El uso de los 20 millones de conexiones a internet de España no siempre es un uso profesional e intensivo. La demanda se basa en adquirir de contrabando los productos culturales, que no son gratis, porque se le paga su valor a las operadoras de telecomunicaciones.
-Segundo subterfugio: la libertad de expresión y el “yo sólo estoy poniendo unos enlaces” (siendo en muchos casos el que ha metido el contenido en megaupload). Esto está sirviendo para que el que pone un enlace no sea condenado.
Y también hay un círculo vicioso: la industria no está dando pasos suficientes. Por ejemplo: dos años sin encontrar cauce para que mi creación literaria esté disponible en internet (llegando a otros países –Latinoamérica, Rusia, Japón…- más allá de mi distribución en papel) sin respuesta de la industria editorial, que está demorando la digitalización. Yo quiero lanzar mi obra en internet, lanzar una señal coherente con coste y rentabilidad, dar señales de que la industria y los creadores dan pasos para desactivar algunos discursos que nos pueden atacar con razón”.
“De los libros que realmente quiere leer la gente, digitalizados hay muy pocos y a 12/14/16 euros. Si todos los libros están en internet desde hace un par de años, ¿cómo voy a vender a 15 euros algo que está gratis? Debo fijar un precio y dar un servicio más allá del contenido que me permita persuadir al usuario de que le merece la pena. Hay que dar valor y respetar su criterio. Pero es círculo vicioso porque los editores al ir a poner el precio saben que lo van a ofrecer irregularmente. Hay inseguridad absoluta. Pero hay que romper el círculo: empujar ese proceso. No dejemos de hacer nuestra parte, aunque corramos riesgos y nos salga mal. Esos pasos servirán además para la pedagogía.También hay un subterfugio desde el lado de la industria: “No voy a digitalizar nada a precio razonable porque así voy a impedir que esto se desarrolle y así protejo el libro analógico”. Es un error. El libro analógico es un producto muy potente que hay que proteger pero que tiene su propia dinámica, pero no utilizar lo digital para proteger el analógico, ya que así se pierden las dos batallas.
Vías de solución. Las puertas. Internet tiene puertas. Y esa puerta es controlable. Los contenidos son globales, pero se accede a ellos de forma local. Hay empresas locales: Telefónica, Vodafone y Orange, que tienen que empezar a colaborar en no vender cualquier cosa indiscriminadamente”.
“¿Persuación o represión? Primero pedagogía, discursiva y factual. Y en el extremo, hacer represión. Pero en el extremo. ¿Cómo conseguir que las conductas delictivas sean mínimas? Yendo a las fuentes y controlando las puertas de internet.Hay que redefinir el tipo penal. El actual no vale para nada, es perfectamente evitable para cualquiera. Hay que redefinirlo por otro a usar pocas veces, pero que cuando lo usemos corte el problema y sea temible. Para que igual que no todo el mundo atraca bancos no todo el mundo expolie una propiedad valiosa y que es protegible por la ley.
Hay que decir ya que en el mundo digital falla la actuación de la justicia en internet. Nuestra justicia es del siglo XIX, no responde a los problemas de internet. Pleitos de 10 años. Cualquier reforma será inoperante si no hay justicia rápida en los tiempos de internet. Quizá deba crearse un nuevo segmento judicial especializado en internet con X jueces con recursos, medios, etc. para dar una respuesta en tiempo adecuado.
La confrontación con el usuario debe acabar, hay que tenerlo en cuenta. Ofrecer vías de encuentro. Hacer pedagogía. Y sólo si eso no funciona con unos pocos, acudir a la represión.
España está en piratería como el sudeste asiático. Pero ellos tienen una gran ventaja: fabrican de todo y España no fabrica nada. Ellos se pueden permitir que su creación cultural sea pirateada. Nosotros sólo tenemos turismo y servicios (limitados, somos país pequeño) y creación, cultura, innovación y conocimiento. Ese es nuestro único vector económico de futuro”.
La gestión colectiva obligatoria debe desaparecer porque es del siglo XIX. Está bien para los 700 de arriba que son los que ganan la pasta. Pero debería permitirse la gestión individual en estos nuevos tiempos. A los músicos les gustaría poder elegir entre varias o ninguna.He sufrido un perjuicio por hacerme socio de SGAE: pagar por editar mis propios discos, pagar por organizar mis propios conciertos. No es obligatorio, pero es lo que te hacen creer.
La duración del copyright es absurda. Está pensada no para enriquecer a la sociedad, sino a una parte muy pequeña de propietarios de derechos. Y se nos impone una cultura comercial. Las canciones populares son de gente a la que tienes que pagar hasta 70 0 80 años.
La propiedad intelectual no es una propiedad física. Los productos digitales cuando se copian no se echan a perder, se multiplican.
La recaudación de SGAE se hace por sondeos, una vergüenza en plena era digital, que hasta una radio pirata puede sacar un listado de las canciones que ha puesto. ¿Quién decide? Los 700 de arriba que salen ganando con los sondeos. Quien quiera cobrar esos derechos… pues que al menos sean los de verdad.¿España el país más pirata? Datos creados. Mis amigos extranjeros se comportan igual. Ven las series bajadas de internet, etc. Todos los músicos se bajan música, porque les es útil para formarse, para aprender las canciones, etc. Pago por Spotify, me bajo canciones porque por el momento la ley me ampara mientras sea sin ánimo de lucro.
El Napster del 98 tenía un acceso más completo a música que Spotify y iTunes juntos. ¿Cómo queréis 13 años después educar a la gente de que pagar es más bonito y mejor para todo el mundo? es una batalla perdida. Pero la gente prefiere a veces pagar por comodidad.
Ya se acabó eso de pagar por discos enteros de los que sólo te gusta una canción. Lo que debería costar un euro es el disco. Y la gente que más se baja es la que más compra. Sigue pasando. Estudios que decían que gracias a Napster se vendían más discos y se despertó interés por la música.
Estoy de acuerdo con que habría que cobrar a las telecos. Pero, van a pasar el coste igual al usuario… O se controla por ley que no suban el precio o…
“Hay un discurso injusto: Cedro trabaja con geometrías variables y se ha adaptado para dar nuevos servicios a socios y clientes externos: solicitó a los titulares un anexo a sus socios para extender su mandato a lo digital también; y también para trabajar en lo digital obras originalmente digitales. Nunca por supuesto hemos obstaculizado que nuestros creadores utilicen Creative Commons cuando quieran. Es otra forma de ejercer el derecho de autor.Hay una demonización orquestada. Meterse con la entidad de gestión no queda mal como meterse con el autor. Problema cultural. Ya realizamos labores pedagógicas, como los programas “Educar para crear”, “Es de libro”… Pero hace falta una nueva actitud de la administración. Dar soluciones a que la ley no se cumple. Porque la administración es la primera que incumple la ley. Ejemplos sangrantes: en la universidad, técnicos de la administración que hablan de impuesto revolucionario o fotocopias en la escuela. No hay ejemplo.
Que la nueva ley ponga puertas al campo, como en el tabaco y el tráfico. Con consecuencias.
Arcadi Espada, recapitulando, destacó el problema de la pretendida ampliación del concepto de creatividad: “Mucha gente cree que sus pensamientos y los contenidos que produce deben ser gratuitos y está encantada de colgarlos en internet ahí por narcisismo intelectual. Y esto incluye un 10% de creaciones interesantes, lo que arroja complejidad. Hay mucha gente dispuesta a regalar su faceta creativa y con esto debemos contar”.”Pedagogía y represión. La pedagogía -prosiguió Espada- no es nada sin la represión. Y la represión a veces crea una moralidad. No hay posibilidad tecnológica de recuperar modelos de negocio razonables sin combinar pedagogía y represión”.
El director general de Wolters Klubber, Eduardo García Guerra, desde la perspectiva de los servicios de contenidos editoriales para profesionales (mundo legal, medicina, etc.) por suscripción anual a la información (“El 65% de producción de la compañía es en soporte digital”) señaló con el paso del digital en soporte (DVD) a internet se ha dado el problema: “Inmersos en esta ola social de que internet es “libre” (gratis) despachos de abogados compraban antes X licencias para X abogados y ahora quieren comprar una licencia de acceso para todos”. La clave: “Ver cuánto vale el acceso de 100 personas, pero (salvo en España) nadie duda que tiene un precio”, señaló García Guerra.
Ignasi Labastida i Juan
Combinación de licencias: Hay que trabajar para que eso sea una realidad en España.
Patricia Riera
No hay impedimento para que eso sea así (combinación CC y normal).
Respecto a la gestión colectiva obligatoria que marca la ley en algunos casos: beneficia al usuario final, que quiere ventanilla única y tarifa plana, para evitar que tengan mil interlocutores.
Esteban Calle
El principal objetivo de las jornadas de noviembre debería ser que se reconozca por fin la ilegalidad de un acto, la apropiación indebida de un contenido protegido en internet.
Jorge Otero
“¿Que de qué vivo si regalo mi música? Es que tengo una empresa de internet”
Lorenzo Silva
No olvidar el derecho de quien produce algo valioso a vivir de lo que hace (compatible con el derecho de quien quiera regalarlo).
No quiero que me pague el Estado ni las telefónicas. Al hablar de las telefónicas hablo de que sean responsables.